sábado, 04 de mayo de 2024 00:08h.

Agua Salada, cocina obligada a probar

Desde hace varias semanas pasábamos por la calle Santa Lucía de Santander y en la esquina con San Simón veíamos un restaurante nuevo llamado Agua Salada.

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Desde hace varias semanas pasábamos por la calle Santa Lucía de Santander y en la esquina con San Simón veíamos un restaurante nuevo llamado Agua Salada. Fuera tenían la carta y un día decidimos pararnos a analizarla y nos resultó atractiva. A la semana siguiente íbamos de cena e intentamos cenar ahí, pero sin reserva fue imposible. Finalmente decidimos reservar para un viernes noche y probar esa cocina tradicional con toques modernos que plasmaban en su carta. Un carta ni corta ni larga, simplemente perfecta y para que el comensal pueda escoger sin problemas

Al Agua Salada acudimos cinco comensales y lo mejor es pedir raciones. Así lo plasman tanto la carta como la camarera. La carta está estructurada en cuatro partes: Para comenzar (entrantes ), del mar (pescado) , de la tierra (carne) y la perdición de los golosos (postres).

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Según pisas el restaurante ves una decoración retro/vintage de lo que se lleva ahora y sin manteles. El aspecto negativo fue el olor que inundaba el local; un olor a tubería, pero que finalmente te acostumbras y desaparece.

Ya sentados atendidos por la camarera y con la carta en la mano decidimos pedir lo siguiente:

- Croquetas de carne de cocido

- Tartar de salmón salvaje y aguacate con perlas de oliva virgen

- Mollejas de lechazo encebolladas con trompetas de la muerta

- Milhojas de pato y tortos de maíz con manzana caramelizada y mandarina

- Tartita de tiramisú y gelé de café

- Lingote de almendras, praliné y salsa de chocolate

- Coulant de chocolate con helado de cítricos y verduras

La cena comenzó con una generosa ración de croquetas con un perfecto rebozado y una bechamel de esas que están bien ejecutadas y dónde destacó la técnica del chef. Obviamente también hay que hablar del relleno, de la carne de cocido. Si tienes buena mano para el cocido las mejores croquetas que puedes cocinar son las de esa carne y así fue en Agua Salada. La técnica y la buena mano con el cocido estuvieron patentes en ese exquisito manjar.

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El segundo plato que nuestros paladares degustaron fue el tartar de salmón. Hay que decir que el salmón siempre está de moda y que los tartares están mandando mucho en la cocina actual, ya sea de pescados o carnes. En este caso el resultado fue positivo con mezcla de productos que juntos dan un resultado magnifica. Excelente salmón y muy bien pensado unirlo con aguacate y con esas perlas del oro liquido patrio.

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Posteriormente en nuestra mesa aterrizaron dos raciones de mollejas. Como buenos amantes de la casquería y de la carne de lechazo nos derretimos ante este famoso plato. La carne tuvo su cocción perfecta que fusionada con la cebolla se impregno de sabor del vegetal dando un resultado más que positivo y con una salsa digna de mojar en pan. Buen acierto pedir ración doble, ya que el chef supo elaborar esta receta tan española y dónde destacó la calidad de la materia prima.

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Y ya en la recta final de la cena y antes de los postres degustamos el milhojas de pato y tortos de maíz que , quizás, fue el plato que menos gustó. Sí, gustó menos, pero no quiere decir que no estuviese bueno. La presentación fue la menos bonita, pero con todos los elementos que contenía la receta, muy digna y a pesar de ello el resultado fue magnifico. Pero el ser lo que menos gustó tiene su motivo y es que no somos muy fanáticos de mezclar carne con fruta y eso que apenas se notó, únicamente un toque dulce que el torto y el pato lo agradecieron si somos sinceros.

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Para finalizar una cena casi perfecta se llegó a los postres. Nosotros, como chocolateros, nos fuimos al lingote de almendras, praliné y salsa de chocolate. Increíble presentación y resultado final. Lo crujiente, la finura y chocolate del bueno fueron las claves de un perfecto postre que , a nuestro pesar, acabó rapido de la delicia que era. Respecto al resto de postres pudimos probar el coulant que tuvo fallo en la técnico y se destruyó y el tiramisú. Sinceramente el coulant si no llega a desplomarse hubiera sido otro postre perfecto, pero como hemos dicho la técnica falló.

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En resumen hay que indicar que Agua Salda tiene una cocina que aúna lo tradicional con lo moderno. A pesar del olor del restaurante (problema ajeno a ellos) merece la pena probar su gastronomía.

Ficha técnica

  • Nombre: Agua Salada
  • Dirección: San Simón 2 ( Esquina Santa Lucía)
  • Localidad: Santander
  • Especialidades: Tartar de salmón, mollejas, croquetas
  • Precio: 20€