El Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria (STEC) tiene que denunciar, mediante este comunicado de prensa, la situación de parálisis que vive la Consejería de Educación desde hace meses. Diversos asuntos, fundamentales para la puesta en marcha del curso 2015/2016, permanecen atascados y desconocemos cuando se van a resolver definitivamente.

            En efecto, durante otros cursos “normales”, en estas fechas ya se habían negociado, resuelto e incluso publicado en el Boletín Oficial de Cantabria, temas como el calendario escolar o las plantillas de profesores de los diferentes cuerpos docentes. A día de hoy, y sólo por citar una parte de temas pendientes, todavía los centros desconocen cuándo van a empezar las clases, qué calendario van a tener o con cuántos profesores y de qué especialidades van a poder contar. Además, la Consejería inició una serie de modificaciones en la Orden que regula el empleo interino en Cantabria que afecta a más de dos mil docentes y que todavía no ha terminado de concretar y cerrar.

            Desde el STEC tenemos que manifestar nuestra alarma ante las fechas en las que estamos y ante la posibilidad de un vacío por el cambio en las personas que estarán al frente de la administración educativa. Cada día que pasa aumenta el riesgo de que asuntos fundamentales que pueden condicionar el arranque del curso no haya nadie que los asuma, o que quien lo haga se vea abocado a tomar decisiones muy precipitadas por la premura de tiempo. A este respecto, este sindicato se ve en la obligación de denunciar la actitud irresponsable de la Consejería de Educación, a la vez que exigimos públicamente que asuma sus obligaciones resolviendo a tiempo todos los asuntos que ahora están pendientes y que son imprescindibles para asegurar un correcto funcionamiento del servicio.

            Para el STEC, el hecho de que los máximos responsables políticos de la administración educativa regional estén ocupados en la campaña electoral, no puede ser una excusa que justifique la parálisis de la Consejería. Ya sería el colmo que tras una legislatura plagada de conflictos y de recortes en la enseñanza pública, los actuales responsables de la Consejería rematasen su nefasta gestión de cuatro años no siendo capaces de terminar el curso haciendo una transición ordenada.