El año 2014 no lo resultará indiferente a ningún aficionado racinguista. Desde enero, cuando un gesto heroico de la plantilla supuso un hito en la historia de este deporte, alcanzando su cenit en mayo, con ese deseado ascenso a la Liga Adelante.

El año ha transcurrido bien para el Racing, al menos, en lo deportivo, aunque en estos últimos meses se está vislumbrando un bajón importante en el equipo, tanto físico como psicológico, que hace que el club llegue a este parón navideño en puestos de descenso.

Del partido poco se puede decir, el Betis sólo necesitó tres minutos para inaugurar el marcador en otro error defensivo que, por desgracia, empieza a convertirse en costumbre. El Racing fue un juguete en manos del Betis en los minutos posteriores, corriendo detrás del balón mientras los locales se mostraban muy cómodos en el terreno de juego.

El único simulacro de peligro que protagonizó el Racing estuvo en las botas de Mariano, que remató alto un buen centro de Borja San Emeterio. Con esta ocasión y con algo de esperanza se llegó al descanso.

En la reanudación, Paco Fernández dio entrada a Álvaro y Samuel en lugar de Adán y Borja, y en los primeros minutos el Racing intentó empatar el partido, pero no consiguió generar ocasiones para lograrlo. El partido estaba escrito por el Betis y la segunda parte se convirtió en un rondo en el que el Racing, que hoy estrenaba la tercera equipación, se dedicó a perseguir sombras.

Cuando el encuentro agonizaba, una mala acción de Juanpe le permitió al bético Jorge Molina plantarse delante de Mario y batirle con una sutil vaselina. Era el colofón a un partido para olvidar.

Final del partido y del año 2014 para un Racing que suma 17 puntos, tres más de los que poseía hace dos temporadas bajo la dirección de Fabri.