sábado, 04 de mayo de 2024 00:00h.

La cultura del emprendimiento no es innata, se adquiere

Parémonos a pensar un momento en la situación laboral de este país... Parémonos, después, a reflexionar sobre los discursos que sobrevuelan las políticas de empleo...

Parémonos a pensar un momento en la situación laboral de este país... Parémonos, después, a reflexionar sobre los discursos que sobrevuelan las políticas de empleo... Hagamos una última pausa en torno a la cuestión del emprendimiento y, después, hagamos un balance sobre si realmente el emprendimiento es una opción real o simplemente una palabra que llevarnos a la boca cuando queremos parecer interesantes, aunque no sepamos qué significa ni tengamos interés en desarrollarla.

A día de hoy, tenemos una gran bolsa de jóvenes con titulaciones universitarias que no encuentran ningún tipo de colocación en el mercado laboral y para los que crear su propia empresa tampoco es ninguna solución, debido a los costes que acarrea lanzarte a la aventura de emprender. Por tanto, este sistema nos condena al paro o al exilio.

Un joven, a día de hoy, con el increíble agarrotamiento que tiene el flujo de crédito por parte de los bancos, difícilmente podrá afrontar los 260€ que cuesta mantener la cuota de autónomos en este país lo que, de forma directa, significa que hemos puesto un escollo insalvable para la creación de nuevas empresas y empleos.

Vale, sí, existe una especie de tarifa plana para los primeros seis meses pero ¿qué empresa comienza a dar beneficios en este breve espacio de tiempo? Entre implantación en el mercado, publicidad del producto y demás, ninguna comenzará a ser rentable (si es que llega a serlo) antes del primer año y, esta “tarifa plana”, no te permite disolver tu empresa, en caso de ser deficitaria, hasta que no cumplas con las condiciones de la “ayuda”, con lo que más que una ayuda es una carga.

Nuestra propuesta es la de tener un poco más de amplitud de miras y ser capaces de ayudar, de forma realista, a aquellas personas que quieran emprender. Todas las empresas tuvieron un punto de partida, pero no todas las personas cuentan con las mismas capacidades económicas previas antes de iniciar esta carrera. Quizá este sea uno de los motivos por los que en España jamás podríamos llegar a fundar un Facebook (que nació en la habitación de una residencia universitaria) o un Microsoft (que nació en un garaje). No, al menos, si nos están pidiendo 260€ al mes además de una buena idea.

Y esa amplitud de miras no consiste en inventar nada, basta con mirar más allá de nuestras fronteras y comprobar que, allí donde existe una gran “cultura del emprendimiento”, también existen unas condiciones mucho más favorables para que esta cultura se desarrolle. ¿Por qué queremos ser como otros países en muchas cosas y nos aferramos a ser nosotros mismos en otras como esta tarifa desmesurada a los autónomos? Más, si cabe, sabiendo que es una de las principales causas de la asfixia de las pequeñas empresas.

Nosotros proponemos que nos miremos en el espejo de Francia, en el espejo de Reino Unido o en el espejo de Estados Unidos.

Francia tiene una exención de esta tasa durante los primeros 12 meses y el pago que realizas por tu actividad se produce en función de lo que facturas. Reino Unido tiene un mínimo de facturación para que la empresa pague su cuota de autónomo y aumenta por tramos según la facturación sobrepase unos criterios económicos. EEUU tiene una tarifa fija ínfima de aproximadamente 2 euros al día. ¿En serio creemos que no podemos instaurar alguna de estas medidas y romper con el muro que supone la actual cuota de autónomos?

Una vez más, el mercado laboral y, sobre todo, el campo del emprendimiento, vuelve a depender de una simple iniciativa política. Ahora, lo único que hace falta es que esa iniciativa se tome y que alguien se decida a dar el paso, porque la cultura del emprendimiento no es que se tenga o no, la cultura del emprendimiento se adquiere sin se ponen las bases adecuadas. Y estas son las que proponemos.